Patrocinio Movistar: 5 años con Yamaha, 5 años para una venganza

El acuerdo de patrocinio deja varias claves al descubierto, la primera es la de una apuesta a largo plazo de Movistar con el mundial de MotoGP. Eso permitirá a la marca de los diapasones “sobrevivir” a la era Rossi sin problemas económicos. Y además de las claves en positivo, también abre algunas incognitas y, quizá… ¿alguna herida?

Una Movistar contra una Repsol. Las batallas no pasan de moda, se citan en el tiempo.

Hábil se está mostrando en los últimos tiempos Dorna, porque después de los goles que le metieron tanto Kawasaki como Suzuki, parece que todo quedó en manos de Honda a todos los niveles. No sólo está recuperando el control del terreno deportivo y de reglamentación, sino que además ha conseguido para el grande menos grande un largo y suculento acuerdo de patrocinio.

Dicho patrocinio ha estado sobre la mesa de negociaciones del ente que explota los derechos del campeonato con el ente que quiere retransmitir de una manera distinta, diferente y de pago, dicho campeonato.

Sin que se haya hecho público ni el “por qué” ni el “cómo”, pero seguro que pronto se sabrá el “cuánto”, Movistar se ha visto forzada a entrar en la arena del campeonato  esponsorizando a Yamaha por 5 años como condición para poder hacerse con los derechos de emisión en España. De esta manera Dorna en una jugada maestra obliga a Yamaha, el mayor rival de Honda en el campeonato, a firmar un contrato por el que se compromete a continuar por en MotoGP por el tiempo que dura el patrocinio y, de paso,  haciéndole la vida económicamente más sencilla.

Sólo hay que recordar cómo fueron para Yamaha los dos años que estuvo Valentino Rossi en Ducati, porque aún siendo el equipo campeón del mundo no lograron encontrar un patrocinador principal que adornase sus carenados al tiempo que llenase sus arcas. Es por eso que gracias a este acuerdo a tres bandas entre Dorna-Movistar-Yamaha se podrá cubrir un período post-Valentino, si es que lo hay porque aquí se puede aplicar aquello de “Este muerto está muy vivo” y como ejemplo Colin Edwards estando en activo acaba de cumplir 40.

Digamos que poco a poco Dorna va redibujando la línea de horizonte establecida y creyéndose que es quien pone las reglas de juego. Tras el movimiento del reglamento Open, en que está permitiendo a Ducati recuperar la competitividad, a Suzuki trabajar con mejor coste para su regreso, despertar el interés de Aprilia por volver y, quién sabe, el de marcas como Kawasaki (ya con el Avintia) o BMW,  llega esta otra jugada de ajedrez en la que se asegura la continuidad de Yamaha.

Para poner esto en valor hay que recordar que ahora mismo Honda está en un preámbulo de guerra con Dorna por el tema del desarrollo de la centralita propia en lugar de aceptar la genérica. Dentro de esta lucha Honda estaba tratando de arrastrar, como si de un hermano mayor se tratase, a Yamaha.

Esto ha conseguido dejar a la marca del ala dorada como la estrella polar al inicio de la noche, brillando sola sin más estrellas en el cielo. Bonita y poderosa, pero aislada.

Y eso en cuanto a las marcas constructoras, pero como reza la frase: “todos tenemos un pasado”. Efectivamente hay una historia pretérita entre Movistar y Repsol, o lo que es lo mismo entre el desde hoy patrocinador principal de Yamaha y el patrocinador principal de Honda, la histórica petrolera Repsol.

¿Que tenéis mala memoria o sois muy jóvenes? No importa, cuatro pinceladas de esta bonito culebrón os pondrán al día.

Hace muchos, muchos años de la mano Alberto Puig se hizo en España una versión de lo que el propio Puig dirige para Honda con la Asia Talent Cup. De aquella Copa Movistar salieron talentos auténticos, pero hubo uno que cautivó a Alberto y que le hizo saltarse las reglas de edad que él mismo había definido. Protegió, alimentó e hizo crecer a su pupilo llevándolo al mundial con los colores de guerra de la compañía telefónica a la categoría de 125cc, categoría que ganó y que le permitió dar el paso al siguiente nivel. En este cambio también Movistar le acompañó, construyendo a su alrededor no sólo un equipo sino también una estrategia de marketing de la copañía. La cosa resultó, ganó también el campeonato del mundo de 250cc y aún así, decidió repetir porque no se sentía preparado para llegar a las MotoGP, volviendo a ganar otro año más la categoría intermedia. Aquello era un jolgorio de la mercadotecnia, todos éramos azules, todo el país era azul, todo el mundo tenía una pegatina de aquel jedi con chupete con el que se identificaba a Dani Pedrosa.

Otros tiempos, otra alegría

Llegado el momento del desembarco, la telefónica preparaba algo grande, algo épico, algo histórico. Iban a hacer la apuesta económica que fuese necesaria para conseguir el campeonato del mundo con su más fiel representante, pero por lo visto la fidelidad es algo de dos y fue Repsol que hizo valer su contrato, y fue HRC quien dijo que no se desdoblaba en dos equipos como hiciera con el “Nastro Azzurro” de Valentino.

De pronto Movistar se encontró sin su estrella después de haber hecho una inversión enorme, tanto económica como de años de cultivo.

Lógicamente Movistar abandonó el mundial de las motos y todos sus patrocinios por el despecho del abandono. Las circunstancias los traen de vuelta, y con ganas de ganar. ¿A cualquier precio? Y lo que puede ser interesante preguntarse ahora ¿Tiene memoria el dinero?

Si nos econtramos con que Honda puede dejar de ser la marca más potente, Movistar tiene tanto dinero para poner en la mesa que Repsol y puede darse la oportunidad de quitarle a Repsol a su piloto estrella… ¿Lo haría Movistar?

¡Qué tiempos tan interesantes se avecinan!

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