Valentino Rossi, como Aleix Espargaró: presionados

Prácticamente sin tiempo de digerir lo acontecido en el continente suramericano, la logística de los equipos se pone a prueba para envair absolutamente todo el material para que en tres días llegue desde Las Termas de Río Hondo a Jerez de la Frontera. De la misma forma los pilotos tienen que gestionar sus emociones, hayan sido positivas o negativas, para afrontar la carrera que para muchos se convierte en un trozo de madera al que aferrarse en mitad de un mar que los ha zarandeado sin control. Bienvenidos a la Vieja Europa, bienvenidos a Jerez.

Nunca se sabe cuándo es bueno o contraproducente el tener una carrera al fin de semana siguiente a otra (carrera) que no te ha ido como esperabas. Bien porque la carrera haya sido un absoluto desastre, como podría ser el caso de Álvaro Bautista, o bien un éxito rotundo y absolutamente inesperado. Como podría ser el caso de Luís Salóm o, especialmente, Livio Loi.

¿Cómo se gestiona esto? ¿Cómo te deshaces de los negros nubarrones de una mala carrera o, por contra, como rebajas la euforia que tantas veces nos lleva a engaño y por el que cometemos errores? Es difícil de decir, cada uno trabaja el apartado psicológico en función de su personalidad e incluso de sus convencimientos.

Otra cosa extremadamente difícil de gestionar, más aún que los dos elementos anteriores, es la angustia. La angustia es una situación de contrariedad continuada, porque no consigues los resultados que esperas o que deseas. Porque sabes que puedes verte en unas posiciones determinadas, o porque te gustaría estar en esas posiciones.

Es por esto que he titulado el artículo como lo he titulado, porque los dos se encuentran en una situación en la que no se sienten cómodos. A la angustia de Rossi hay que sumar la presión que él mismo se ha puesto encima para decidir sobre su futuro en base a sus resultados, no a sus sensaciones sobre la moto. Sensaciones que, por otra parte, estoy seguro le están satisfaciendo y se está divirtiendo.

El problema es que las carreras, carreras son. Y el exceso de ánsia de ir a buscar a Lorenzo le hizo cometer un error. A causa de este error entró en una lucha con Bradl, que lo sacó de trazada imposibilitando luchar por el podio y quedando a casi 2 segundos del tercero. Sumado al resultado anterior en el Circuit of the Americas, hace que sus resultados sean una carrera buena, una carrera malísima y una carrera mala.

Ten en cuenta que hablamos de resultados, y de resultados de un tío que para ir bien no tiene que bajarse del podio. ¡Que ha sido nueve veces campeón del mundo!, y no se conforma con ser la mayor atracción del campeonato, o ser el más simpático y más mediático de la clase porque eso no te da las tres décimas por vuelta que te meten en la lucha por ganar carreras. Aunque sí que está cerca, le falta ese golpe de riñones final, ese empujón que le permita repetir la carrera de Qatar, en que le podía meter la moto a Marc y que tan buenas sensaciones le dejó a él y a todos los demás.

Es misma angustia por verse muy cerca del límite de Rossi, es la que está viviendo Aleix Espargaró. En su caso la angustia es provocada por la impotencia de no consumar lo que cree que puede conseguir.

Y la verdad es que todos esperábamos que estuviese más adelante, viendo los resultados de la pretemporada no se podía pensar otra cosa. En la mayoría de test y de entrenos la Yamaha Open del mayor de los Espargaró ha estado por delante o muy cerca de las Yamaha Oficiales, y casi siempre por delante de las satélite del Tech3. Entonces ¿qué se puede esperar y a qué se puede aspirar?

Pues la verdad es que todavía no se sabe, y no se sabe porque en Qatar Aleix se condicionó la carrera con dos caídas en el entreno clasificatorio. En el CotA no pudieron dar con la puesta a punto correcta y no tuvieron ritmo por culpa del chattering, y en Argentina se cayó por forzar demasiado en la segunda vuelta. No sabemos el potencial real.

Sin embargo Aleix sí, y tiene unas expectativas que por un motivo u otro no está consiguiendo alcanzar, lo que le crea mayor anhelo por conseguir lo que cree que puede. Y esto está jugando claramente en su contra, o por lo menos empiezo a pensar que el peso de esa losa está yendo en aumento. Una cosa es darlo todo sabiendo que no te juegas nada, y otra distinta es afrontar una situación real de éxito. No es tan sencillo abordarlo.

En cualquier caso, son los dos de la categoría reina que están así de una forma más clara, aunque yendo a las categorías inferiores habría que estudiar también los casos de Terol, en Moto2, y de Rins en Moto3.

A veces no es sólo la moto lo que no va.

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