Era esperados por muchos la rueda de prensa del Gran Premio de Jerez. Se había especulado por medios y afición qué era lo que podía pasar entre los dos astros del campeonato y, a pesar de ser una puesta en escena muy correcta y de formas suaves, lo cierto es que dejó al descubierto cuál es la realidad al desnudo.
A nadie se le puede escapar que lo que estábamos viendo y viviendo hasta ahora era un cuento de hadas, una nube de algodón de azúcar en que todos tenían su ración. Tiempos de vino y rosas, regalándonos sonrisas y gestos cómplices entre el más grande y el que, públicamente Rossi llegó a declarar como su heredero.
Pero el Rey de Reyes vino a sentirse de nuevo con fuerzas y confianza de seguir reinando, y se entrenó, y volvió a ser competitivo, y volvió a ganar. Siendo aún más importante que en la carrera de Argentina fue capaz de ganar un cuerpo a cuerpo al actual campeón del mundo, fue un duelo corto pero de alto nivel. Tanto técnico, como de coraje, como de pulsaciones.
La cuestión que dejaba para los medios y los aficionados era si la relación se iba a ver afectada, y dicen los entendidos que en realidad no. Esta situación lo único que hará, dicen esos ex pilotos, es que va a dejar al descubierto la única realidad: que por encima del buen rollo está el que uno quiere, sí o sí, ganar al otro.
Desde el que está en la pole hasta el que está el último, todos quieren ganar. Nadie va únicamente porque le haga ilusión, y hay muchas victorias en cada gran premio, aunque sólo una es bendecida con el cava que sale de la botella Magnum de uno de los patrocinadores del campeonato.
La cuestión es que ahora Rossi sí que está en disposición de ganar a Márquez, y ayer hubo corrección con un ligero distanciamiento escenificado y verbalizado.
“A partir de ahora le daré menos besos a Marc”
Valentino, en su calidad de ‘jefe del paddok’ siempre llega el último a las ruedas de prensa. En esta ocasión, al llegar a la conferencia de prensa, estrechó fríamente la mano de Marc para preguntarle por su mano. El de Cervera, brevemente, le contestó sin demasiada efusividad y tras pocas palabras se dirigió a su asiento dejando a Rossi con los demás. Pero además de que los gestos cuentan, lo interesante y evidente estaba por llegar con las palabras de Valentino.
Obviamente las preguntas se centraron en la acción de Argentina y en cómo afectaba eso a la relación ‘de fresa’ que tenían los dos pilotos más carismáticos del campeonato, y ambos se reafirmaron en que el de Termas no fue nada más que un lance de carrera, llegando Marc a decir que no había evaluado correctamente que la Yamaha tiene otra trazada. Y a continuación, lo esperado, cuando al respecto de su ‘amistad’ Rossi espetó sin cambiar la expresión de su cara “bueno, es muy difícil hablar de amistad cuando se lucha un piloto contra otro”.
Para suavizar un poco esa afirmación dijo, a continuación, que lo que sí podía existir y que él procuraba tener con todos, era una buena relación. Sin más aditivos.
Por su parte, Marc estuvo más discreto y únicamente se limitó a decir que el lance de Termas había sido un error suyo y que, en realidad, nada había cambiado. Si bien dejó en el aire el comentario de que en las tres pruebas anteriores habían estado fuertes y con opciones de victoria. Algo que debe venir desde la dirección del box de HRC, porque Livio Suppo también lleva ese discurso como bandera, que Marc ha sido el mejor en las tres carreras, a pesar de que no salen las cosas siempre como se espera.
Señores, ¡bienvenidos a las carreras!