Él ha luchado contra muchos, contra todos, contra los mejores. Algunas veces ha perdido, la mayoría ha ganado.
Valentino Rossi es, probablemente, el piloto más completo de la historia del motociclismo. Se ha hecho a sí mismo una y mil veces, se ha adaptado a diferentes tecnologías de propulsión pasando de los dos tiempos a los cuatro tiempos, ha tenido que cambiar de cilindradas, de medidas y de marca. Quizá su único lunar sea Ducati, aunque con las temporadas que está haciendo Valentino quizá es él el lunar de Ducati.
Se enfrentó a Capirossi, Biaggi, Gibernau, Roberts Jr.,Crivillé, Haga, Hayden, Melandri, Stoner, Pedrosa, Lorenzo y Márquez, con algunos ha perdido, a todos los ha ganado. Con todos ha disputado algún cuerpo a cuerpo que su inequívoco talento nos brindó, en forma de emoción y de espectáculo. También a muchos de ellos los sometió a presión, retorciendo su relación hasta crear incertidumbre, inseguridad y estados de ansiedad que le permitían estar por encima cuando salían a pista.
Además de ser un excelente piloto, un grandísimo probador y líder de desarrollo, y maestro del juego psicológico, ha sido un gran competidor. Quizá se puede decir, de nuevo, que el más grande de la historia.
Sin embargo este final de temporada se va a enfrentar a algo que nunca antes si quiera había llegado a plantearse. Estas últimas cuatro carreras va a afrontar algo que, seguro, le va a dar vértigo:
Valentino Rossi tendrá la presión de saber que esta es su última oportunidad de ganar el Mundial.
Sí, es cierto que es posible que la próxima temporada pueda optar de nuevo a ello. Pero no pasa de eso, de posibilidad. Y él lo sabe.
Él sabe que esta es una situación real de victoria, y también que puede ser la última que tenga. Entonces ¿cómo enfrentarse a algo nuevo, sobre lo que no puedes incidir en manera alguna?
Valentino, el hombre, tiene y alberga temores. Y este, más pronto o más tarde, saldrá.
El cómo le afectará es lo que decidirá el campeonato. Si la presión será como la de Zarco en Aragón, en que tenía miedo de caer a cada curva, o si cometerá un error como los que haya podido cometer él mismo en el pasado contra Jorge. Si por el contrario es capaz de imponerse habrá vencido al mayor enemigo que todo deportista tiene: El miedo a fracasar.
One thought on “El miedo de Rossi”