Valentino Rossi ha sufrido mucho durante la presente temporada. No en vano, ha reconocido que es la peor que Valentino Rossi ha sufrido mucho durante la presente temporada. No en vano, ha reconocido que es la peor que ha vivido junto a Yamaha y los resultados hablan por sí mismos. Pero más allá de los números, lo que preocupa al italiano son las sensaciones que tiene sobre la moto y sobre todo, la diferencia que hay respecto a su compañero de equipo que ha volado con la misma montura. “Necesito un milagro”, ha llegado a decir. No son pocas las voces que le dan por acabado, pero hablando de quien hablamos, creo que es una completa equivocación.
El de Tavullia es el piloto con más experiencia de toda la parrilla de MotoGP. No solo por años, sino también por vivencias. A excepción de la etapa en Ducati ha estado casi siempre luchando por el título y se ha batido con infinidad de pilotos de distintas épocas, estilos y personalidades. Ha ganado muchos más duelos de los que ha perdido y eso le ha dado una capacidad de gestión inigualable. Valentino no es el piloto más rápido de la parrilla, pero no necesita serlo para poder luchar por el campeonato. Esto se vio muy claro en 2015 donde, polémicas aparte, demostró que hay herramientas igual de importantes que la velocidad para optar al título.
Reza el refranero que sabe más el diablo por viejo que por diablo y eso aplica especialmente al italiano, o lo que es lo mismo, la gallina vieja hace mejor caldo por vieja, que por gallina. Nadie mejor que él para saber en qué momento de la carrera apretar al máximo, hacer un adelantamiento imposible o lanzar unas declaraciones incendiarias que desestabilicen al rival. Tal vez no le haya funcionado el 100% de las veces, pero solo hay que echar la vista atrás para ver que es un maestro de la estrategia. Seguramente es su mejor baza para poder conseguir el tan ansiado décimo título y nadie con dos dedos de frente es capaz de descartarlo.
Otra de sus bazas ganadoras es la regularidad. Valentino es un piloto que se cae muy poco y que siempre sabe sacar el máximo rendimiento de puntos a cada gran premio. El año pasado sufrió más caídas de lo habitual para él, pero si nos fijamos un poco más allá de 2016, vemos que suma muy pocos ceros y ha tenido muy pocas lesiones. Además, en cuanto a pilotaje no es el más rápido, pero sí uno de los más rápidos. Frena exquisitamente y tiene una habilidad especial para modificar la trazada si adelanta o está siendo adelantado. Esa habilidad le convierte en un piloto contra el que es especialmente difícil luchar en pista. Es correoso, peleón y siempre que puede devuelve el adelantamiento en la siguiente curva. Sobre todo si el otro piloto tiene mejor ritmo que él. No son pocas las veces que ha conseguido desestabilizar así a su oponente y ha acabado ganándole una carrera en la que su ritmo parecía algo inferior.
Y siempre le hemos llamado piloto de domingos. Han sido muchos los grandes premios en los que no ha estado en cabeza durante los entrenamientos y ha acabado saliendo de la segunda o tercera fila, pero luego siempre remontaba y luchaba por la carrera sin problemas. La temporada pasada cambió esto un poco, pero en el warmup parece encontrar algo que le soluciona la carrera y un fin de semana que parecía condenado al desastre.
Precisamente esa capacidad para remontar el domingo hace pensar que en Qatar volverá a estar listo para luchar por la carrera. Lo hemos visto muchas veces. Mal en los entrenos, pero a la hora de la verdad en el último momento, siempre encuentra el buen camino. Yo no tengo una bola de cristal, pero no me sorprenderá en absoluto ver que en Losail está con los de cabeza después de una pretemporada muy mejorable.
Rossi está estirando su carrera deportiva con un rendimiento que admira a propios y extraños. Lo que sorprende no es su edad, sino su determinación y rendimiento. Su nivel de competitividad ha quedado claro a lo largo de su extensa trayectoria y en los últimos años ha conseguido mantenerse en la pomada de la categoría. Este año ha tenido una mala pretemporada, pero con el campeonato sin comenzar, sigue siendo tan candidato como siempre. Su palmarés es de los más impresionantes de la historia de este deporte y ha demostrado con creces tener la capacidad de remontar situaciones adversas como la de este inicio de campeonato y mucho peores. Los triunfos del pasado no le otorgarán nuevas victorias, pero lo que ha aprendido consiguiéndolos, le hace totalmente capaz de volver a conseguirlos. Ya se sabe, gallina vieja…