A punto de que comience el segundo Gran Premio de la temporada de MotoGP, me gustaría hacer balance de lo que aprendí durante la primera carrera del año. En Catar aprendí que la épica, aunque dure seis vueltas, todavía es posible. Vuelvo a ver la carrera y grito: ¡Zarco, cuidado con la curva dos! Desgraciadamente no escucha mis gritos a la televisión.
También aprendí que Maverick Viñales es más candidato al título de lo que parecía en pretemporada. Entonces quedó muy claro que era rapidísimo y que podía ganar muchas carreras, pero después de verle gestionar una carrera tan atípica, me quedó claro que no solo es muy rápido, sino que tiene una capacidad para pensar encima de la moto digna de un campeón en potencia.
El de Roses fue el más rápido en completar los 20 giros, pero no lo hizo con un ritmo inalcanzable para los demás como cabía esperar por lo visto antes de la carrera; lo hizo desde la madurez de un piloto experimentado que sabe qué es necesario para llevarse un campeonato. Analizó las circunstancias, no se puso nervioso, no se precipitó y supo adaptarse a las condiciones especiales de la pista. Aceptó el reto de luchar hasta la última vuelta y salió victorioso. Si hubiese arrasado, si hubiese ganado calzándole medio segundo por vuelta al siguiente, habría asustado menos que ganando como lo hizo. No solo es rápido, también es inteligente encima de la moto y tiene la sangre fría necesaria para no cometer errores.
Maverick hizo lo que se esperaba de él, ganar la carrera, pero lo hizo de una forma que demuestra que tiene lo que hace falta para luchar por el mundial. Cuando vio que se le escapaban los de delante, con Zarco a la cabeza, lo normal es que hubiese tratado de apretar al máximo para darles caza. Sin embargo tuvo la capacidad de análisis suficiente para entender la manera en que tenía que ganar velocidad. Era el paso por curva. Tenía que potenciar la velocidad de giro en los ángulos para extraer el mejor rendimiento posible de la Yamaha. No dudó en cambiar el mapa de potencia para adaptarse en tiempo real a ese nuevo estilo de conducción y conservar así los neumáticos para el final de carrera.
No se impacientó ni se pudo nervioso. Supo analizar, gestionar y adaptarse a un guión de carrera inesperado y eso le hace mucho más fuerte de cara a esta temporada. En 2015 ya vimos con Marc Márquez como se puede perder el campeonato por querer ser siempre el más rápido. Durante la pretemporada parecía que ese iba a ser el argumento de Viñales, y sin embargo, demostró que la velocidad, que atesora en grandes cantidades, es seguramente la menos importante de sus cualidades. Durante el invierno nos enseñó que a pesar de rodar muy rápido, no era amigo de las caídas y en Catar confirmó esa capacidad para no irse al suelo a pesar del delicado estado de la pista.
En Catar aprendí que Viñales ha hecho los deberes durante los dos años que ha estado en Suzuki. Ha aprendido, ha madurado y se ha convertido en un candidato a la corona con mayúsculas. Tras la pretemporada sabíamos que era muy rápido y que la Yamaha le cae como un guante, pero tras la primera carrera hemos podido confirmar muchas otras cualidades igual de importantes para optar al campeonato. Es muy completo y llega hasta donde su moto le permite. Argentina es un circuito que se le da bien, así que es de esperar que luche por ganar sin ningún complejo. Aún cuando las circunstancias sean caóticas, seguirá siendo candidato a la victoria porque después de verlo en Catar, he aprendido que será capaz de rodar rápido, adaptarse a las circunstancias, pensar encima de la moto y mantenerse dentro de los límites. El listón que deberán superar sus rivales subió mucho tras la primera carrera. Sus cualidades son magníficas, pero se enfrenta a los mejores del mundo. Tras la carrera de Catar aprendí que esta será una gran temporada. Ya con acento argentino diré: Ché Maverick ¡qué bueno que viniste!
@JGonzalezGP
Más que unas lecciones aprendidas de Catar para entender que puede pasar en Argentina parece una loa a Viñales, que demostró mucho en Catar, eso no se puede negar, pero repetirlo tantas veces no lo convierte en una realidad más grande.
Comparto contigo el hecho de que de haber ganado dando una paliza habría asustado menos, de hecho, es lo que se esperaba de él. La gestión de la carrera que hizo si me parece impresionante, pero creo que en Argentina la carrera será de Marc, al igual que en Austin.