Manuel Pecino
Cuando el pasado sábado por la mañana llegué al circuito de Buriram, un colega italiano me abordó…
- ¿Sabes de las declaraciones de Maverick ayer a Sky?
- No, ni idea, ¿qué ha pasado?
Rápidamente se sacó el móvil del bolsillo y me enseñó el vídeo. Un vídeo en el que Maverick Viñales, mucho más suelto y relajado que de costumbre delante de las cámaras de televisión, “levantó el brazo”… “¡Uala!”, pensé para mí, “por fin lo ha hecho”.
- “Debemos tener paciencia y esperar que Yamaha vuelva a ser competitiva”, -le dijo al entrevistador italiano-. “Tengo dos años de contrato y debo tener confianza, debo tener fe. Entiendo que Yamaha puede mejorar. Ni Lin [Jarvis] ni Meregalli han gestionado la situación actual de la mejor manera. Yo por mi parte me he sentido un poco olvidado, me he sentido apartado. Me gustaría haber recibido en algún momento un abrazo, habría estado bien. Es importante sentir que somos un equipo, y a mí eso me ha faltado. Es importante que te den un abrazo no sólo cuando las cosas te van bien, sino también cuando van mal, para hacerte sentir un poco mejor”.
Viñales habló en un casi perfecto italiano hasta la parte en la que denunció el abandono al que ha sido “condenado” en Yamaha en todos estos meses de crisis, momento en que se pasó al castellano para dejar bien claro lo que quería decir, para que no existiese ninguna duda. Un detalle que me llamó mucho la atención por no habérselo visto nunca antes. No, esas declaraciones no eran como casi todas las suyas, inerciales, automáticas.
Repito, para mí fue muy claro en esa entrevista que Maverick finalmente levantó la mano de la misma manera que un alumno la levanta para llamar la atención de su profesor/a para decirle algo. Y en este caso el mensaje fue claro, clarísimo: “Yamaha, hola, estoy aquí, existo”.
Obviamente me fui a hablar con uno de los responsables del Team Yamaha Factory, el equipo oficial de la fábrica japonesa, para escuchar qué tenían que decir ante una denuncia y a la vez pedida de socorro tan contundente de uno de sus pilotos.
- “Hemos recibido el mensaje de Maverick. Probablemente la situación en la que estamos desde hace meses nos ha llevado a descuidar el aspecto al que se refiere Maverick y lo que tenemos que decir al respecto es que haremos todo lo que esté en nuestra mano para que se sienta arropado y parte de un equipo”.
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Capítulo II
En principio “leí” este episodio de Viñales en la televisión como un desahogo fruto del hartazgo de sentirse nadie en su propio equipo, pero una serie de situaciones y declaraciones que se dieron el domingo en Buriram, me hicieron ver que una vez más había que aplicar una de mis máximas favoritas de las carreras: a este nivel, me refiero a MotoGP, nada pasa porque sí; detrás de cada acción, cada palabra hay un porqué.
Después de la carrera, en la que Viñales acabó en el pódium por delante de su compañero de equipo, le pregunté a Maverick si en algún momento había pensado en inmiscuirse en la última vuelta en la pelea entre Márquez y Dovizioso…
- “No, no, qué va, iba al límite …Y además estaba más preocupado con lo que tenía por detrás. Me centré más en cerrar todos los huecos” – añadió abriéndome la puerta a preguntarle-…
- “¿Cómo de importante ha sido terminar como la primera Yamaha”.
- “Mucho, mucho… Aquí a Tailandia han venido jefes muy importantes de Yamaha y era importante hacerlo bien. Creo que hoy se han llevado un buen mensaje”, – añadió asintiendo al mismo tiempo con la cabeza -.
Oh, oh… segundo “Viñales levantó la mano: Yamaha estoy aquí” en poco más de 48 horas. Obviamente lo del viernes a SKY TV no había sido “casualidad”, y probablemente que utilizase una televisión italiana para mandar el mensaje y no Movistar. Maverick ha dado un paso adelante y va a por todas. El primer paso fue poner el foco mediático sobre él; el segundo reivindicarse deportivamente…
Me puedo imaginar muy bien la satisfacción que debió darle superar a su compañero de equipo en carrera viniendo desde atrás sabiendo que parte del top management de Yamaha estaban ahí en el circuito viendo la carrera en directo; todo perfecto.
Capítulo III
… Y ahora llega Motegi. No sé si el hartazgo de Viñales por su situación en el equipo reventó por casualidad en Tailandia, pero digamos que ha sido en un momento muy “interesante”. Por un lado por la ya mencionada presencia de los gerifaltes de Yamaha y segundo porque el próximo GP se correrá en Japón… ¡Ha!
Tengo muy claro, clarísimo, que en el box del Team Yamaha Factory la carrera de Motegi va a ser mucho más una carrera entre sus dos pilotos que de sus dos pilotos contra el resto. Está en juego mantener su supremacía en un lado del mismo, mientras que del otro Viñales busca subrayar con hechos el status de referencia de futuro con la que llegó a ese garaje. Y eso, él lo sabe, y la otra parte también, pasa ineludiblemente por hacerlo valer en la pista.
… Atención pues al GP de Japón
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Pecho frioo
Un pelotudo