Gracias Dovi por la carrera que nos has brindado en Austria. Andrea parecía haber ganado el Mundial. Estaba en éxtasis, radiante de felicidad, y en el parque cerrado del circuito de la bebida que da alas dio rienda suelta a la alegría como si fuese la primera carrera que ganaba. Desde luego no es la primera vez que gana, sin embargo su último triunfo queda ya tan lejano, que es comprensible esa celebración tan efusiva. Comenzó el año con victoria en Catar, pero ha tenido que esperar diez carreras para poder volver a mirar desde el escalón más alto del podio.
Empezar el año con esperanzas de cara al título y ver como las posibilidades se escapan carrera a carrera seguramente genera una frustración difícil de gestionar. El problema para el de Forli es que es el máximo rival del mayor fenómeno que ha visto MotoGP en la última época. El resto de candidatos no están, aunque a alguno se le espera, pero no acaban de llegar. Hace ya más de seis años que Marc Márquez llegó a la categoría reina y no ha hecho más que pasearse, con la honrosa excepción de 2015 -donde solo Lorenzo ganó más carreras que él y llevarse el título-.
Toda la responsabilidad de ofrecer una alternativa al de Cervera recae sobre Dovizioso y esa es una responsabilidad bastante injusta, pues debería estar más repartida. El italiano lleva ya más de una década en MotoGP y sin duda ha hecho de su inteligencia y de su sosiego, aderezados con la experiencia, sus mejores armas. No en vano sus mejores resultados en MotoGP los ha cosechado en las dos últimas temporadas; dos veces Subcampeón del Mundo y solo separado del laurel por el chico del 93. Ya lo dijo recientemente: si no fuese por Marc Márquez tendría dos Campeonatos del Mundo.
El problema para Andrea es que sabe que un solo obstáculo les separa de ser nuevamente Campeón del Mundo, pero esta vez para colmo de la categoría reina. Solo ha saboreado esas mieles una vez, cuando se hizo con la corona de 125cc en un ya muy lejano 2004. Tiene el cielo a tocar de sus dedos, pero siempre llega el nacido en Cervera para arrebatárselo. Por eso en las últimas carreras insta públicamente a Ducati para mejorar urgentemente la moto roja. Honda ha mejorado notablemente su rendimiento y Dovizioso sabe que ya no puede aportar más con su pilotaje. O mejora la moto o sus opciones se esfuman.
Así el de Ducati pudo dar rienda suelta a sus emociones en el trazado austriaco. Consiguió arrebatarle la victoria a Márquez y eso le hizo volver a sentirse campeón. A pesar de la alegría del italiano la de Austria no deja de ser una amarga victoria; un circuito favorable a Ducati, un Márquez que eligió el neumático equivocado y aún así Dovizioso solo consiguió la segunda victoria de la temporada por la mínima. Él mismo lo dijo tras la carrera de Sachsenring: “Si nuestro objetivo es luchar por el campeonato, estamos muy lejos” en referencia a la competitividad de la moto y no por la distancia de la general.
Sin embargo el primer espada de Ducati aprovechó Austria para reivindicarse como piloto. Lo cierto es que está a 58 puntos de Márquez en la general y que el Red Bull Ring es un circuito que siempre ha favorecido a las motos rojas, pero quiso lanzar el mensaje de que él es el único que le planta cara al campeón de los últimos años. Cuando le preguntaron al de Cervera sobre si Dovi le tenía cogida la medida en los mano a mano hizo una lectura muy diferente: “Me gana los duelos porque en los circuitos donde yo voy mal y él va bien estoy ahí intentando luchar por la victoria. Cuando es al revés me escapo y no hay mano a mano porque Dovi está muy lejos” remarcaba el catalán tras la rueda de prensa.
Esa es la lectura más demoledora para el de Ducati. Márquez consigue minimizar los daños y en los circuitos donde no ha podido luchar por la victoria ha quedado segundo –a excepción de Austin donde se cayó liderando en solitario-. Andrea sin embargo solo ha sumado dos segundos puestos, dos terceros y ha quedado tres veces fuera del podio, además del cero que le regaló su ex compañero de equipo en Montmeló. Lleva mejores números que el año pasado, pero Marc ha aumentado tanto su eficacia que también lleva más ventaja que el año pasado a estas alturas.
Andrea Dovizioso necesitaba la victoria en Austria en Austria como agua de mayo. Él sabe que difícilmente le puede servir para esta temporada, pero ha sido vital para que la fábrica renueve su confianza en él y trabaje con ahínco en hacer un misil que le permita plantarle cara a Márquez par el año que viene. Además ha reforzado su propia autoestima. Si, es capaz de ganar a Márquez a pesar de la sequía que atravesaba. Si, es el piloto llamado a destronar al de Cervera. Si, Ducati debe apostar ciegamente por él y darle todo lo necesario para poder batir al 93.
Así lo declaró después de la carrera: “Estoy muy contento por la victoria pero sobre todo por Ducati. Necesitábamos esta victoria y nos dará mucha fuerza para el futuro” fueron las palabras del italiano nada más abrir la rueda de prensa. En el motociclismo siempre se ha dicho algo que es una gran verdad; vales el resultado de tu última carrera. Ahora que el de Forlí es ese anti Márquez capaz de ganarle los duelos mano a mano con valentía, muchos ven en Italia al país que pondrá en jaque el reinado de Marc. Muchos han perdido la esperanza con Valentino, tras Austria parece que Dovi resurge de sus cenizas.
Sin embargo la mayor amenaza para el de Cervera vendrá de su propio país o tal vez del país vecino. El único que ha demostrado ser capaz de ganarle un campeonato de momento ha sido Jorge Lorenzo. Si, ya sabemos que lleva un tiempo fastidiado por una cosa u otra y cuatro carreras sin competir, además de que aquí vales lo que hiciste la última carrera. Pero no se olviden de la vuelta y media que dio en Montmeló ni del resurgir que tuvo con Ducati; el balear tiene todo el potencial para poder conseguirlo.
El día en que Maverick Viñales consiga rendir como sabe, también podrá plantar cara al 93. Su pelea con la Yamaha es constante por la falta de adherencia. Cuando tiene agarre brilla con luz propia, pero a menudo le falta el grip y sufre como el que más. Ya escribí hace poco que la progresión de Álex Rins y su falta de complejos le convierten también en serio candidato. Con un poquito más de evolución de su equilibrada Suzuki y un poquito más de experiencia será un rival temible para cualquiera de la parrilla.
Pero la estrella que brilla con luz propia y asusta a propios y extraños no pilota una moto oficial. Fabio Quartararo parece haber encontrado la estabilidad que necesitaba para sacar a relucir todo el talento que atesora. Sin hacer mucho ruido suma ya tres podios que no son más que la punta del iceberg de lo que parece capaz de lograr sobre su Yamaha del Petronas. No hace ruido, trabaja humildemente y él mismo se sorprende de lo fácil que le llegan los resultados. Sin duda con Fabio tenemos una apuesta de futuro que nos dará muchas alegrías en los años que vienen.
La carrera de Austria nos ha dejado a un Andrea Dovizioso enorme, pletórico y convincente. Fue eficaz, inteligente y ambicioso a la vez que valiente para plantar cara a Marc Márquez y mojarle la tostada en la última curva. El problema es que Austria solo hay una y el campeonato consta de 19 carreras. Por eso todos alabamos tanto el carrerón que vimos gracias a Dovizioso –él el primero-. Porque sabemos que ha sido excepcional y no la tónica general.
Ojalá el italiano nos brindase más carreras como la de Austria. Toda prueba que se decide en la última curva de la última vuelta es un carrerón y eso es lo que queremos los aficionados. También nos gustaría tener un campeonato más disputado que el que tenemos este año pero los rivales de Márquez no son capaces de proporcionárnoslo, muy a su pesar. Hasta entonces solo podemos agradecerle al 04 ser el único que le planta cara al de Cervera. ¡Gracias Dovi!