Yamaha prohíbe hablar a Ramón Forcada

Diego Lacave

@DiegoLacave

La falta de liderazgo en la gestión de los problemas del Yamaha MotoGP es un problema secular desde finales de 2015. Ya entonces, y después de ganar un triplete de títulos (pilotos, marcas y equipos) con Jorge Lorenzo y Movistar estrenando patrocinio, decidieron cancelar la gala que Telefónica había planeado en su cuartel general de Madrid; porque Valentino Rossi había convencido a Lin Jarvis de que no tenían nada que celebrar.  Y hoy vengo a la recta de atrás (la contra-recta la llaman, en Brno) a contar cómo se les ha ido de las manos una situación que la prensa conocía desde mayo; y todos los protagonistas, desde finales de la temporada pasada.

Los comentarios, en forma de mensajes velados, de Maverick Viñales a los periodistas, señalando que en su esquina del garaje no se trabajaba con la misma diligencia que en la de enfrente, han sido una tónica desde el comienzo de 2018. Sumidos en sus problemas con la electrónica y en las presiones que reciben de Valentino Rossi, los jefes de Yamaha MotoGP no  dedicaron un solo minuto de su tiempo a ocuparse del ambiente que se respiraba en la mitad española de su box. Y a Iwata ni llegaban los ecos de esta guerra sorda.

En la previa del GP de Francia, una entrevista que derivó en un magnífico debate entre Juan Martínez y Ramón Forcada en MovistarPlus desató la ira (sorda, tapada, sin decírselo directamente a su jefe técnico) de Maverick Viñales; que puso por su cuenta en marcha la operación de buscar sustituto a Forcada. Quince días después, justo antes del GP de Italia, cuando yo lo cuento en exclusiva en Motofan, la opción de Esteban García ya estaba en marcha. Y entonces recibe el piloto de Lin Jarvis la “admisión a trámite” del caso. Siempre para 2019; y con la orden de ser mantenido en el más estricto secreto. Dato: ya en ése momento Viñales pide a Jarvis que “silencien” a Forcada.

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Las declaraciones, por parte del piloto, no paraban: “siempre vamos con la configuración peor para mi estilo…”. Se van de vacaciones sin despedirse. Y llegamos a Brno y, entonces sí, con la confirmación de Esteban (liberado de KTM) y el “placet” de Jarvis a la sustitución, se lo comunican a Forcada. Y llega la traca: una entrevista en MovistarPlus a pie de Pit Lane que Manolo Pecino ha revelado en esta web cómo debió ser repetida (lee el artículo de Manuel Pecino) por lo cargado de las primeras declaraciones. Lo demás es historia reciente que conoces de sobra. Menos una cosa. La entrevista que al final salió fue lo suficientemente fuerte como para provocar una nueva reunión Viñales-Jarvis con un único punto del día.

A toro pasado, con el incendio ya en marcha y en un ejercicio de pseudo-liderazgo que demuestra que llevan meses agarrando el rábano por las hojas, la reacción de Jarvis, a través de Meregalli, ha sido prohibir a Ramón Forcada hablar con la prensa. Por lo tanto, no esperemos más declaraciones por su parte en el GP de Austria que ya llega. Sin embargo, el piloto no es que pueda, es que debe por contrato por las normas de MotoGP hablar con la prensa. En su caso, tiene la consigna de no contestar ninguna pregunta que no sea relativa a “la actividad en pista” pero, como ha dicho un periodista inglés con su humor característico, es que todo lo que pasa en pista tiene que ver con la atmósfera del box.

Lin Jarvis le ha dado un mandato claro a Meregalli: que se entiendan hasta final de año. El italiano, por su parte, sabe quién manada realmente en Yamaha MotoGP y tampoco hará mucho más que ejecutar esta nueva orden. Y mientras, la “caza de brujas” contra Mack se desata poco a poco entre los habitantes del paddock y los asiduos de las redes sociales. Cuidado: no hay buenos y malos en esta guerra. Pero esa es otra historia y tocará contarla en otro momento.