Tras unas temporadas complejas, en la que se vio privado de un wild-card en la última prueba de Moto2 de la temporada pasada en Valencia, Nico ha sabido encontrar su opción en una nueva estructura en el Mundial de Supersport, a los mandos de una MV Agusta.
Cerró la temporada de Supersport sustituyendo al lesionado Cluzel con unos resultados sólidos y sorprendentes. Eso, seguramente, fue clave en su retorno a una plaza fija con la marca italiana, en un equipo de reciente creación pero con una moto de una competitividad contrastada.
Al tratarse de una formación de nueva creación se va a tener que ajustar innumerables apartados, como puede ser el técnico, la gestión, y sobre todo la carencia de información para la configuración de la moto en cada circuito. A eso hay que sumar que el equipo técnico y el piloto deben conjuntarse, el período necesario en que ambas partes deben conocerse y aprender a comunicarse.
Los resultados han tardado muy poco en llegar, ya que a pesar de los problemas de la ronda de Phillip Island y de Buriram, ha conseguido llegar hasta el podio en una carrera de menos a más. En gran medida por saber gestionar una carrera en que los problemas técnicos de unos y de ansiedad de otros pusieron sobre el asfalto aragonés una carrera complicada y estresante. Nico fue capaz de gestionar la situación a la perfección y fue capaz de pasar de su octava plaza en la parrilla hasta el tercer peldaño del podio, siendo el primer piloto de MV Agusta, quedando inclso por delante del aspirante al título del equipo oficial, Jules Cluzel. Y eso no fue sólo por los problemas ajenos, si no a base de ritmo.
Se puso a liderar un grupo de cinco unidades sin ningún tipo de rubor ni de temor. Se sintió cómodo y su pilotaje, fue agresivo en la entrada en curva y en la apertura de gas, que le llevó a tener algún susto en la última curva cuando la goma trasera empezó a perder prestaciones por el paso de las vueltas. Fue ahí cuando emergió el trabajo del fin de semana, en que habían trabajado en el ritmo de carrera con neumático gastado.
Con los dos primeros inalcanzables, las Kawasaki de Sufuoglu y de Krummenacher, supo poner su posición a salvo con tres vueltas finales estratosféricas, en donde consiguió abrir una diferencia definitiva con los que habían sido sus perseguidores. Una extraordinaria demostración de capacidad y calidad en la parte de la carrera en donde cuenta más la destreza del piloto.
Felicitar al piloto español, y esperar que junto con el equipo puedan afianzarse en la parte delantera de la categoría.
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