Valentino Rossi, Maverick Viñales, el diseño de Yamaha y el liderazgo

Tras la brillante pretemporada de Maverick no parecía que pudiesen existir rivales para el título

El piloto de Roses ha sido capaz de ir fuerte con la versión 2016 y también con la 2017, algo que Valentino ha tenido más complicado. Ahora, fuera de las pistas, hay movimientos para tratar de cambiar el carácter de la moto actual

La pretemporada que vivimos, ya desde el test de Valencia tras el último gran premio de 2016 nos dio el primer campeón del mundo de la temporada. Los resultados de Maverick Viñales no es que invitasen a pensar que iba a ser complicado discutirle el título, es que obligaban a creer en ello, aunque la terca realidad después nos discute todo. Siempre.

Foto: Michelin

 

Al parecer, con el desarrollo de los nuevos neumáticos Michelin de esta temporada, hemos pasado de la ecuación “Moto+Piloto” a una con una variable más, y que es imprevisible:

(Moto + Piloto) * circuito = X

Ni siquiera los sesudos ingenieros del campeonato han encontrado la manera de despejar la incógnita para encontrar la regularidad.

Pero lo extraño es que esto se debe, en el caso de Yamaha, a diferentes causas en función de a qué piloto le preguntes.

Para Maverick Viñales el problema es que los neumáticos no le dejan exprimir la M1 tal y como lo hizo en la pretemporada y en las dos primeras pruebas de la temporada.

El de Roses, recién llegado de la Suzuki, se encontró con una moto mejor que la que había llevado las dos temporadas anteriores. Aunque tuvo que cambiar algo su pilotaje se adaptó bien a la nueva montura, incluso sin haber participado de su desarrollo. Haciendo un símil futbolístico, decía Diego Maradona que aprendió a jugar con naranjas y que todo fue más fácil cuando se encontró con un balón, y eso es parecido a lo que le ha pasado a Mack con la Yamaha: todo es más fácil que con la Suzuki.

Pero según Valentino Rossi el problema está en el diseño de la moto.

El nueve veces campeón del mundo ha sido incapaz de encontrar la manera de configurar la moto para que le permita ir rápido, y éste es el punto interesante de la situación. Que un piloto que ha llevado los prototipos de esta marca a lo largo de muchos años, hace que ya sepa qué le puede pedir que debe esperar, por lo menos en líneas generales. Sin embargo, no ha encontrado un set-up base porque la moto no se está comportando de la manera que una Yamaha debe hacerlo.

Lo que es extraño que diga eso ya que, una vez se conoció que Jorge Lorenzo abandonaba la marca de los diapasones, fue la única voz en liderar el desarrollo de la moto. Sin intromisiones, sin segundas opiniones que cuestionasen la línea de trabajo y evolución que marcaba el de Tavullia.

Los ingenieros, con Kouichi Tsuji como máximo responsable técnico de Yamaha, han diseñado una moto completamente nueva y diferente de la de la temporada pasada, y por eso no se puede regresar al chasis de 2016 sino que hay que hacer evoluciones en la 2017.

¿Se ha debido ese cambio a las indicaciones de Valentino Rossi? Parece difícil de creer que a Valentino se le haya olvidado qué consignas debe darle a los ingenieros para desarrollar una moto, pero si las indicaciones eran las suyas ¿Por qué no encuentra una Yamaha en su Yamaha?

Una explicación podría ser que la marca japonesa haya querido hacer un ejercicio de diseño, al modo de Honda, y esté pagando el mismo peaje que sus competidores del “ala dorada”. Cosa que explicaría la constancia que están demostrando las Tech3 confrontadas con las motos de 2017, y que podría dejar en entredicho el papel de Valentino frente a los ingenieros de Yamaha.

La llegada de un valor de futuro, con otro estilo, puede haber hecho replantear el camino del desarrollo para los de Iwata y hayan querido poner en pista una Yamaha más versátil en su uso, y que no se fundamente en su hasta ahora excelso paso por curva. Tampoco esta Yamaha tiene la misma estabilidad en frenada que antaño, y estos cambios en sus características pueden ser algo que podría beneficiar al estilo de pilotaje de Viñales más que al acostumbrado y familiarizado con la M1, Rossi.

Ahora, cuando los resultados de Maverick no están siendo lo deslumbrantes que han sido a lo largo del inicio de la temporada, es cuando Valentino está tratando de reconducir el trabajo de los ingenieros al señalar que el cambio debe venir desde los despachos técnicos, pero no de los de Michelin, sino de los suyos, de los de Yamaha.

Teniendo en cuenta que el liderazgo se toma y con esta situación sobre la mesa, sería más interesante para Viñales establecerse como la voz que señala el camino en lugar de convertirse en la voz de un lamento. Algo que, por su experiencia y galones está haciendo Valentino Rossi, tratando de hacer cambiar el diseño de la Yamaha hacia un punto que sea más ventajoso para él.

Hemos visto, en repetidas ocasiones, que los campeonatos no se tienen que ganar únicamente en la pista. Unos le llaman juego psicológico, otros lo tildan de tretas, pero lo que está claro es que un deporte a alto nivel requiere de capacidad de gestión, especialmente de las situaciones de crisis. Así que no se trata de que uno sea más pillo para poner nervioso a los demás, o no sólo eso, sino que hay que tener la capacidad de transmitir qué es lo correcto, proponer el camino que hay que seguir, y hacerlo de forma convincente para que se tome seriamente dicha propuesta.

En resumen, hay que saber convertirse en referencia.

@LucioLopezGP

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