Diego Lacave
@DiegoLacave
Ya en los años cincuenta, un extravagante editor del Times decía sin complejos que las más bellas historias, en periodismo, no salen ganando al ser contrastadas. Y en esta recta de atrás (Phillip Island, en lo que llaman “Siberia”, sólo tiene gaviotas y el océano) de cada martes después de una carrera de MotoGP yo vengo, venenoso, a arrojar unas claves adicionales del anuncio oficial, en pleno desarrollo del Gran Premio de Australia, del fichaje de Dani Pedrosa por KTM en la figura de piloto probador para las dos próximas temporadas. Porque esas claves, algunas, digo, no son muy “bonitas”, o bellas, que digamos.
Hoy podemos afirmar desde esta web que el adelanto del anuncio por parte de la marca austríaca no entraba en los planes del piloto español. Dani hubiera querido, tal y como contamos en septiembre, que todo esto se hubiera sustanciado una vez terminada la temporada. Como escribí entonces, Dani no quería estar en el “test de postureo” de Valencia. Su plan era marcharse con el ladrillo de metacrilato que le regalarán en la gala de final de temporada donde pone MotoGP Legend y hasta 2019 no volver a pensar en qué es eso de una moto de carreras. Ése era el plan. Así lo escribí y así lo fusilo, ahora; porque lo mantengo.
Pero el tiempo y las presiones se echaron encima del piloto y de su nuevo destino. Red Bull ha sido uno, no el único, de los “agujeros informativos” por los que se escaparon, las ofertas y las negociaciones, primero; y el acuerdo, después. Y a alguien más, en Dorna y en Honda, no le apetecía que esta noticia estallara como principal elemento informativo (toda vez que no se juega ya, el título de MotoGP) en el fin de semana del Gran Premio de Valencia, en Cheste. KTM no tenía problema alguno para adelantarlo todo, la firma y el anuncio; y Pedrosa ya estaba, a su manera, harto de tanto ataque soterrado dentro de la que aún es su casa. Que cómo te atreves a irte con el nuevo gran enemigo, le decían directamente, algunos; y por detrás, muchos más.
Ahora, todo está consumado. Y es una bella historia (porque Dani sigue siendo piloto) que ya veremos cómo va afeándose o no, una vez que está confirmada. Las “nuevas noticias de La Noticia” irán precipitándose poco a poco. KTM tiene clara su guerra contra Honda y cuenta con el apoyo, gracias también a Red Bull, de muchos poderes fácticos de MotoGP. Voy a poner un ejemplo. Algo que ha pasado desapercibido y que estoy seguro que, además de simbólico, es mucho más relevante de lo que parece. En Jerez (GP Red Bull de España) el lugar de preferencia en el reparto de garajes a los equipos de MotoGP, que siempre ocupaba HRC, se está asignando, desde hace al menos dos ediciones, a un equipo que aún no ha ganado nada: KTM.
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Volvamos, una vez más, al análisis de las declaraciones. ¿Recuerdan la trascendencia que está tomando aquello que apunté, hace meses, sobre que Pedrosa en ningún momento había pronunciado la palabra retirada? Pues vamos a por otro nuevo matiz: Dani ha negado la posibilidad de hacer algún “Wild Card” en 2019, correcto; pero no ha descartado que pueda ser el sustituto, todas las carreras que hagan falta, de uno de los pilotos oficiales, en caso de baja por lesión, de los mismos. Y de 2020 “ni mu” porque queda un milenio para entonces; y para entonces (me repito, que me gusta) también Dani Pedrosa seguirá siendo un piloto top. Ojo, como la moto consiga dar el salto de calidad que ellos buscan, ojo.
Sobre Cheste y el test: hagan sus apuestas. Pero no se olviden de lo que ha dicho Alberto Puig: “Nosotros nos enteramos de la noticia por el comunicado. Y KTM no nos ha pedido que Dani pueda rodar en Valencia. Si lo hacen, entonces valoraremos esa posibilidad”. Llegados a este punto, estoy en condiciones de afirmar que KTM hará llegar esa petición a Honda de manera formal en la sede de la MSMA, el órgano soberano de las fábricas de MotoGP. Y que Dani Pedrosa está de acuerdo con el plan.
Ahora que todo se ha precipitado, y que la foto del ascensor en Phillip Island no ha tenido la transcendencia mediática esperada por parte de Red Bull (que le calzó a Dani su camiseta, al efecto) entra en juego el “show” del test de Cheste. Tal vez se acuerde que se haga uno solo de los días, dando un puñado de vueltas. Puede ser. Pero una moto sin marcas de fábrica luciendo un 26 en el carenado y un piloto muy querido por la afición vestido con un mono de Red Bull… La foto sería imponente, afirmo. Y si yo fuera Dani, iría mucho más lejos, aún: rodaría con el collar del “legend” a modo de brazalete, en el brazo. Con un par.
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