A ver si nos enteramos

Este artículo, o carta, o simplemente el texto que os escribo hoy va a ser en primera persona.

Hace poco más de dos años la pasión por las motos me llevó a crear el magazine que tenéis delante, para informar sobre motociclismo de velocidad que constituí como una marca registrada de mi empresa. Porque aunque no soy periodista, sino un informático que se dedica a las telecomunicaciones, creo que si haces algo, debes hacerlo lo más en serio posible. Tranquilos, no os hablaré de mí.

Lo que voy a hacer seguramente está contraindicado en los cánones periodísticos, y seguramente no se debe hacer, ya que escribo motivado por una experiencia personal. Seguramente es lo peor que se puede hacer para un artículo, pero no pretendo que lo sea.

Como ya os he dicho me mueve la pasión por las motos, ni en mayor ni en menor medida que a vosotros. Las comparaciones de este tipo son estériles y no llevan a ningún sitio.

La cuestión es que cada vez que puedo encontrar un momento siempre intento ir al circuito, y como en estas fechas cumplo años suelo regalarme algún fin de semana en la moto. Hoy ha sido Montmeló y la semana que viene Motorland Aragón, lógicamente los placeres compartidos son mejores y rodamos entre amigos.

No busco un sentimiento de pena o lástima, ni tan siquiera de empatía cuando os cuente que uno de ellos ha tenido un fallo mecánico que le ha llevado a impactar contra un muro a alta velocidad.

Es a partir de aquí donde quiero que prestéis atención a la realidad, no a mí. Y quiero en este punto, y siento tener que hacerlo, citar a Isidre esteve o a Joan Lascorz, quien en un test que se llevaba a cabo en Imola tuvo que cambiar su planteamiento de vida por algo similar. También el caso más reciente de Kenny Noyes, quien está luchando como un titán por progresar día a día en el camino de normalizar al máximo posible su vida. Son héroes, para todos deben ser héroes.

Bien, esas lesiones que han sufrido estas personas, las ha sufrido mi amigo con mejor fortuna. Tiene la C6 a micras de causar lesión medular.

Y os pregunto ¿hay alguna diferencia entre mi amigo o los tres primeros nombres que os he citado? 

No, rotundamente no.

Seas profesional o amateur, al final, lo que hay dentro del casco y del mono es una persona que cada vez que sale a pista se juega su vida. Y no sólo eso, sino que también se juegan su calidad de vida.

El caso es que no somos conscientes de que el infortunio no es algo planificado, sencillamente ocurre, sin más. Y que no escoge por nacionalidades, sexo, raza, profesional, amateur o por el número que lleves en el carenado. Da lo mismo que lleves el 46, el 99, el 93, el 17 o el 9.

Y si lo miramos de esta manera, que cuando sales a pista te juegas tu futuro y que le puede pasar a cualquiera ¿quiénes somos nosotros para abuchear a nadie?

¿Pero qué clase de persona se tiene que ser para aplaudir ninguna caída?

¿Cuándo hemos perdido la perspectiva de lo que arriesgan los pilotos? ¿Dónde quedó el respeto por esas personas?

Que cada cual se mire a sí mismo y vea si tiene el derecho de cuestionar nada de lo que hace nadie en pista.

Discúlpenme, señores periodistas.

@motorlunews

 

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