La complejidad de lo sucedido en la carrera de Argentina, y las posteriores declaraciones por parte de algunos de los protagonistas de la misma, obligan a hacer una reflexión global de la situación, huyendo de perdonar y culpabilizar pontificando sobre las virtudes y defectos de unos u otros. Hay mayores cosas en juego, y aquí tratamos de llegar a ellas.
El no opinar en caliente permite una mayor cintura a la hora de valorar las situaciones, algo que es aconsejable porque una vez que fijas una posición es más difícil cambiarla. Por ello es aconsejable tomar distancia e incluso saber contradecirse a uno mismo, si aplica, y cambiar de opinión o reconocer que las has cambiado.
En mi caso lo he hecho, he cambiado mi opinión sobre la responsabilidad de Johann Zarco en la caída de Dani Pedrosa. En un primer momento pensé en que Dani se había equivocado al tocar el gas, que el toque con Zarco no había dado con sus huesos en el suelo y que su experiencia y pericia debían haberle permitido seguir en carrera, algo que es claramente erróneo. Como señala en un pulcro artículo Nacho González, las caídas son consecuencia directa de las maniobras que derivaron del contacto entre motos y pilotos, que aunque en seco era factible salvar esas situaciones hay que contar con que el estado de la pista era de condiciones mixtas, y si das gas fuera de la única línea que se sabe seca con seguridad puedes encontrarte con parches de agua que te lleven al suelo. Lo que le paso a Dani.
Así pues, llegamos ya a la primera conclusión: No es aceptable pilotar de la misma manera en mojado que en una pista completamente seca.
El ‘peralte’, una práctica que se generaliza
Además de la acción de Zarco sobre Dani Pedrosa, Aleix Espargaró señaló que también sufrió un impacto por parte de Danilo Petrucci.
El bueno de Aleix sufrió dos embestidas en la misma carrera, y eso ni es normal ni debemos tomarlo como algo que forma parte de las carreras. No se debe disfrazar de agresividad, ni de valentía, ni es justificable con frases como la de que la maniobra se debe a que es un piloto que no duda a la hora de meter la moto, rotundamente no es aceptable.
Sancionar a @marcmarquez93 por su accion es lo justo, lance de carrera, sancion y punto! Pero @Petrux9 me ha golpeado mucho mas fuerte y no se le sanciona…. Porque no esta luchando por el titulo? Mal! pic.twitter.com/IwA2SQSl09
— Aleix Espargaró (@AleixEspargaro) April 8, 2018
La cuestión de fondo la señala el propio Aleix al preguntarse si una misma acción es sancionable o no en función de la posición del piloto en el campeonato. Los hechos son que en la carrera se sancionó a Marc Márquez por dos acciones exactas a las de Petrucci y Zarco, mientras que al italiano y al francés no se les castigó.
Esto nos lleva a la segunda conclusión: Es un error que este tipo de acciones esté sujeta a sanción en función del criterio de una o varias personas y ha de estar totalmente predeterminado.
Otra cuestión que se levanta aquí es saber si tres personas pueden supervisar el comportamiento de 24 motos. Que sí es cierto que tienen todas las pantallas con todo lo que sucede en todos los puntos de la carrera, pero es razonable dudar que se puedan controlar todas las pantallas, y lo que en ellas pasa, al mismo tiempo y sin que se escape nada. ¿Habría que vídeo-arbitrar las carreras? Personalmente, y por una cuestión de justicia creo que sí, pero también soy consciente de que abriría la puerta a interesadas suspicacias si no se fijan los parámetros que la segunda conclusión aconsejan.
Un deporte destrozado no tiene futuro
Rossi dijo que Márquez ha destrozado nuestro deporte. Bien, eso objetivamente no es cierto, el motociclismo, afortunadamente, sobrevivirá tanto a uno como a otro.
Ya sobrevivió al cambio de los dos tiempos a los cuatro tiempos, de 250cc a Moto2, de 125 a Moto3, de 500cc a MotoGP, a 800cc y vuelta a los 1000cc, y seguramente veamos el paso de los motores de combustión interna a cualquier otro modo de impulsión diferente.
No, señores, ninguno de ellos va a ser el que destroce nada, porque ninguno de ellos ha sido el principio de nada. Los pilotos tienen sus épocas, pasan unos años en el campeonato, captan más o menos atención y son capaces de movilizar o no a las masas, sin embargo lo único que pueden hacer es enturbiar el motociclismo o darle lustre, pero nunca los destrozarán.
Con lo que tenemos una tercera conclusión: Se debe crear reglamentos y normas para el motociclismo, por encima de intereses coyunturales.
Porque como iniciaba este bloque, el motociclismo y las carreras persistirán después de que grandes nombres hayan firmado en su paso por ellas para pasar a ser unas líneas en la historia. Ellos escogerán cómo quieren hacerlo.
El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar
Yamaha y Rossi, a mi entender, buscan algo más allá de la carrera y de la impostura o realidad de su indignación, que hay de las dos. De ahí que empiece con una de las frases que podréis encontrar en “El arte de la guerra”, y he escogido esta en concreto porque tengo la impresión de que uno de los dos (Yamaha o Rossi) quieren neutralizar a Márquez.
Con las demandas que se están haciendo se trata de poner el foco en Márquez y su estilo de pilotaje porque se quiere conseguir que bien sea sancionado con mayor diligencia, o bien que Marc tenga una mayor presión en pista y hacerle dudar sobre sus instintos y cómo debe actuar en las carreras. Es decir, someter al enemigo sin luchar.
De esta forma se nos presenta una cuarta conclusión: Las carreras se corren en los circuitos, pero se disputan en todos los campos imaginables.
Recordemos que el motociclismo, además de un deporte, es un espectáculo y un negocio, por lo que hay muchísimos intereses creados y los equipos deben ser entendidos como empresas que persiguen un objetivo para obtener beneficios. Hay una gran diferencia en el impacto publicitario y de venta de motos entre conseguir un campeonato o no, y de ahí que se utilicer cualquier cosa que se tenga al alcance para lograrlo.
Una larga temporada nos espera
Absolutamente todo en esta vida tiene una parte positiva y una negativa, y en este caso la positiva es obvia: mayor atención, mayor cobertura, más beneficios. Para nada criticable.
La parte negativa va a concentrarse en un único punto, el paddock. Más allá de los rifirrafes que haya en las redes sociales entre las personas que tengan opiniones encontradas, esa sociedad itinerante que es el paddock es la que va a sufrir este ambiente tenso que ya se vivió en el pasado por una disputa entre los dos mismos protagonistas.
Probablemente muchas de las preguntas que se haga a todos los pilotos gire en torno a esta polarizada situación, dejándose de hablar un poco de las carreras y de los aspectos deportivos. Algo que los propios periodistas que acostumbran a seguir el campeonato ‘in situ’ decían no desear en absoluto, aunque la actualidad obliga, y eso también tenemos que comprenderlo.
Así que volveremos a oír silbidos en los podios en los que esté uno de los dos iconos, o a ver informativos abrir con la noticia de que un GP se ha declarado de alto riesgo o cualquier otra nueva vuelta de tuerca que llame la atención de la audiencia.
Y eso nos deja con la quinta y final conclusión: Es únicamente responsabilidad del aficionado que se respeten las opiniones diferentes a las propias.
Si quieres leer sobre lo que os deben Márquez y Rossi, visita “La recta de atrás”
Si queres leer sobre “Ambiciones, Talentos y Sonrisas” visita “El alambre del puño”
@LucioLopezGP
Cuanta verdad en algunas líneas bien escritas, quien hace el espectáculo sin los pilotos, quien lo soporta somos nosotros (supporters no hooligans!) y de nosotros depende que esto se enderece! Como ya he comentado Jerez debe ser una fiesta del motociclismo, no un partido de fútbol! Nieto lo agradecerá y aplaudirá allí donde esté.