El Gran Premio malasio nos dejó dos campeones del mundo, un ganador primerizo, y todo ello en dos carreras espectaculares y otra que no tuvo emoción. Vamos a hacer un repaso de lo más importante en la última carrera del triplete asiático.
Luca Marini se convierte en Luca Marini
Ya a lo largo de la temporada, el hermano de Valentino Rossi, ha ido dando muestras de su crecimiento, logrando varios podios y en esta última carrera una victoria que le permite emanciparse del consabido “ hermano de”.
Cierto que la de Moto2 no fue una carrera en la que hubiese una lucha de tú a tú, ni en la que hubiese adelantamientos en las posiciones delanteras, sino que volvimos a ver una carrera en la que los pilotos iban pasando con diferencias de casi un segundo entre los 5 primeros. Suelen ser luchas por mantener un ritmo prácticamente idéntico en que una décima es un tesoro, y en esta carrera fue aún menos. Luca Marini fue, por vuelta, 0.066 segundos más rápido que Miguel Oliveira. Eso es una diferencia totalmente minúscula.
Claro está que una victoria en esta categoría requiere de una gran concentración y enorme fortaleza mental.
También es cierto que, sustituyendo al Marc VDS, el SKY parece que es el mejor equipo y con mejor entorno de la clase, lo que permite a sus pilotos estar peleando en casi cada carrera por las posiciones delanteras, si no es por la victoria o las plazas de podio.
Título para Pecco Bagnaia
En su segundo año en la categoría ha conseguido la corona que le faltó, tanto en el CEV como en Moto3, pero en donde ya se acertaba a ver la calidad que tenía el piloto italiano.
Ahora puede resultar sencillo cantar las virtudes de Don Francesco, que ya hay que tratarle de usted y con el nombre completo, pero está claro que ha sabido aprovechar los momentos que no eran favorables para aprender a sobreponerse. Una asignatura en la que muchos suspenden.
Ha cuajado una temporada espectacular, sabiendo responder a la oposición que le ha presentado un Miguel Oliveira al que KTM no le ha dado todo lo que el piloto cree que debería haber recibido para poder luchar, de igual a igual, por el título.
Lo que desde luego está claro, como se ha apuntado en MotoRaceNation, es que a ambos hay que agradecerles que, tras haber firmado con equipos de MotoGP no han dimitido de la lucha por el título, demostrando ser los más fuertes y merecedores de esta promoción. Y digo esto en contraposición de la temporada que han presentado Fabio Quartararo y Joan Mir.
Jorge Martín, por fin, Campeón del Mundo
El piloto del Gresini, a un nivel más elevado que Bagnaia en lo que se refiere a contrariedades, ha mostrado la capacidad mental de mantenerse fuerte y concentrado en lo que tenía como objetivo: el título.
Desde alguna caída propia, varias caídas por errores de otros pilotos, problemas técnicos o incluso la extraña lesión en el nervio de la mano tras una sesión de fisioterapia. Todo eso ha dificultado que el dominio de Jorge Martín se convirtiera en el predominio que debería haber sido.
Sin menospreciar a Bezzecchi, que ha dado una mayor dimensión al título de Martín, de no haber tantos contratiempos el piloto español, habría sido un título conseguido de una manera tan aplastante como podría haber sido la de Joan Mir la temporada pasada.
La carrera fue espectacular, con Marco Bezzecchi intentando parar la carrera para tratar de meter a Jorge Martín en problemas. Seguro que habrá aprendido Bezzecchi que esas estrategias son para la última carrera, y que debía haber aprovechado la posibilidad de poder ganar aprovechando los problemas en que se había visto inmerso Jorge.
El hecho de haber querido frenar el ritmo de carrera le obligaba a salir a cada ataque, un poco al estilo del ciclismo. Esos esfuerzos por mantenerse al mando y mantener compacto un numeroso grupo de pilotos le llevó a que llegase a las últimas vueltas de la carrera sin neumáticos. Por ello, en los 5 últimos giros no fue capaz de si quiera aguantar posiciones de podio, y otra KTM, la de Albert Arenas, fue la que le privó de luchar hasta la última carrera por el título.
Otra historia fue la carrera de Jorge Martín Almoguera, que consiguió doblegar la dificultad en la que se vio envuelto y llegando a estar engullido en el grupo, pasando por meta en alguna vuelta en la 9ª posición. Supo gestionar la tensión, superar los sustos por adelantamientos al límite y de algún contacto, para determinar junto con su equipo cuál era el mejor momento para dar un zarpazo a los cronos y poner tierra de por medio. Algo nada sencillo en un circuito con dos extraordinarias rectas en las que los rebufos anulan la superioridad que un piloto pueda tener.
Para hacerlo más poético, Jorge Martín se puso líder de la carrera cuando faltaban 12+1 vueltas para el final, pasando a 35 milésimas de la Honda de Lorenzo Dalla Porta. Desde ese momento y hasta la bandera a cuadros, 4 vueltas después, el nuevo campeón del mundo abrió un universo de distancia entre él y el grupo, cerrando en 3,5 segundos de ventaja sobre el grupo. Esa es la superioridad real del madrileño.
Sin duda, un título merecidísimo.
Yamaha mejora al calor de Malasia
Muchas son las voces que, tras el triplete asiático más la carrera de Tailandia, señalan que Yamaha ha empezado a encontrar un camino de salida. Algo que es más que discutible, si atendemos a los circuitos que se han visitado y miramos el rendimiento de la Yamaha que no se evoluciona, la del Tech3.
En cuanto a trazado ya ha quedado claro que Tailandia y Phillip Island son circuitos favorables a Yamaha, y le tocó sufrir en Motegi por ser un circuito “stop & go” por ser la cruz de la moneda en lo que a trazado se refiere. Es decir, han funcionado en circuitos menos exigentes con la combinación de la electrónica y el motor, mientras que se han ahondado los problemas en el trazado en el que se requiere una buena evolución de la dupla ya nombrada.
Sin embargo, volvió a resurgir en Sepang, un circuito que no les es favorable. ¿Por qué?
La razón es muy sencilla, y es la que les llevó a cometer el error que les ha traído hasta esta situación de incertidumbre. La misma razón que llevó a HRC a cometer el mismo error en 2015: el calor.
Tanto a la Honda de 2015 como a la Yamaha de esta temporada, les traicionaba el carácter del motor. Recordemos que Márquez y Pedrosa se quejaban de que la entrega de la potencia del motor era demasiado brusca, que es lo que les está sucediendo este año a los pilotos de Yamaha. Puede extrañar que unas fábricas de esa experiencia puedan cometer ese error, y aún es más raro que las dos hayan cometido el mismo, pero también está claro que los motores no funcionan de la misma manera a diferentes condiciones de altitud, presión atmosférica o temperatura. La cuestión es que, con el calor y la humedad de Malasia, las prestaciones del motor se domestican un poco, se hace más dulce todo lo referente a la entrega de potencia. Ahora, con la electrónica única, eso es algo que no se puede alterar, y las posibilidades de la IMU (en caso que se esté haciendo), no puede modificar. La IMU puede cambiar el momento en el que la ECU actúa, pero no se modifica ninguna capacidad de gestión de esta ECU.
Márquez dijo tras la carrera que la Yamaha había tenido una gran tracción y una extraordinaria aceleración, que si bien se cree que desde la entrada de Gadda puede haberse mejorado algo la configuración de la electrónica, cuesta creer que no haya funcionado algo mejor en Motegi.
Rossi, inmortal. Márquez, difícil de ganar
Desde luego que hay pilotos que se ganan el apelativo de “extraterrestres” o “marcianos”, pero lo que está fuera de cualquier catalogación es el nivel al que está Valentino Rossi.
Estamos frente al mejor Márquez, y está claro que su ambición no conoce límites y que intentará ganar siempre, y a pesar de ello Rossi ha llevado “con el gancho” al de Cervera. Eso es decir mucho, hoy en día.
No mereció Valentino ese final, ni lo mereció la afición, merecía la lucha con Marc hasta el final de la carrera. Ganase quien ganase. Pero está claro que el de Honda es, para cualquier piloto, una presión extra cuando aparece en la pizarra.
En la vuelta 14 Rossi tenía 8 décimas sobre Márquez, 7 en la vuelta 15 y 6 décimas en su último paso por meta. Las carreras no son matemáticas, pero sólo necesitaba mantener su ritmo. Sin embargo el ver que la Honda se acercaba le llevó, seguramente, a buscar esa décima que le estaban recuperando y abrió gas en donde cada vuelta anterior lo había hecho, pero con mayor inclinación al frenar más tarde. La electrónica no controló eso y el neumático no soportó la carga. Perdió la rueda trasera, y las opciones de victoria.
El alegre Rins
Un tipo simpático que es capaz de no despertar la sensación de amenaza, pero lo es, ya que este hombre es 2 veces subcampeón del mundo, una en Moto3 y otra en Moto2. Su carácter jovial, el hecho de que Suzuki diera un bajón la temporada que llegó y que los focos mediáticos se hayan puesto en otros nombres, le han dejado trabajar y crecer con tranquilidad, hasta tal punto que ha desarrollado una completa dentadura de tiburón, preparado para morder en el campeonato.
Mostró su gen competitivo cuando expresó que le había motivado tener a Zarco delante, quería superarle porque el resto de pilotos daban al francés como nombre para el podio, mientras que a él le habían olvidado. El tono en el que lo dice puede bajar la guardia de quien lo escucha, pero asoma un auténtico animal de carreras.
También ha empezado a mostrar su mejora técnica, reconociendo las mejoras de la marca e indicando el camino para el desarrollo. Algo que sólo se puede conseguir a partir del momento en que se consigue un nivel determinado, que Alex ha alcanzado ya.
Debe mejorar en las sesiones de clasificación y podrá aspirar a todo.
La clasificación, vital para la carrera
Nunca sabremos si Márquez hubiese conseguido la victoria de no haber caído Rossi, pero está claro que la carrera habría sido diferente si el de Cervera no hubiese tenido que salir 7º. Quizá sí que Rossi se hubiese puesto al mando, pero Márquez no habría tenido que gastar más goma de la cuenta y probablemente se hubiese quedado a rueda del italiano, o viceversa.
Pero ¿qué habría pasado si el propio Rins o Maverick Viñales hubieran conseguido una buena posición?
Márquez y Rins consiguieron superar a 6 pilotos cada uno, mientras que Viñales aún superó a uno más, totalizando 7 plazas de mejora respecto de la parrilla de salida. Con el añadido que para Viñales las salidas no son momentos para ganar plazas.
Para Rossi ha sido un cambio el hecho de salir de primera fila y no tener que perder tiempo pasando a otros pilotos, además de no tener que desgastar la goma en la remontada. El salir tan adelante ha sido otra de las claves de su gran carrera.
Es justo preguntarse a qué habrían optado Rins y Viñales si hubieran clasificado en las dos primeras filas de parrilla. Esperemos que la próxima temporada puedan prestarle la atención que merece.
@LucioLopezGP