Andrea Iannone ha conseguido anotarse una pole position que ha sido más ajustada de lo esperado, sin embargo sigue siendo uno de los favoritos al triunfo en la carrera del domingo. Esta victoria sería la primera después de la larga y dura travesía por el desierto que la marca italiana ha vivido desde los tiempos de Casey Stoner.
Ducati, después de la confusión en que se sumió su desarrollo, en que sólo Stoner fue capaz de conseguir resultados y llegando a fagocitar a varios pilotos, decidió dar un cambio de rumbo y volver a un espíritu plenamente italiano. Gobmeier fue sustituido por Dall’Igna, y los pilotos titulares fueron los dos Andrea ya que se promocionó a Iannone desde el Pramac Racing.
La progresión ha sido clara, inicialmente con las ayudas de los neumáticos y del combustible, pero finalmente ha llegado a estar cerca de las marcas consolidadas del campeonato. Y por eso en Ducati están orgullosos.
Saben que esta pista se adapta a las características de la DesmosediciGP, o que la DesmosediciGP se ajusta a las demandas del trazado austríaco. Sea como fuere están ante una de las más claras opciones de victoria desde que han reconducido su situación técnica.
Para ello cuentan con el talento de Iannone y la capacidad de trabajo de Dovizioso.
La elección para la continuidad está hecha, en los despachos se ha decidido que sea Dovizioso el que tenga continuidad en el proyecto. Pero los pilotos saben que son ellos los que decidirán quién será el que entre en la historia al inscribir, de nuevo, el nombre de la marca como vencedora en una carrera de MotoGP.
Eso, como hemos dicho anteriormente, llena de orgullo a Ducati, pero tras las experiencias vividas también les llena de miedo. La disputa entre los Andrea, en caso que lleguen a la última curva, de la última vuelta con opciones de apropiarse tanto de la carrera como del momento histórico, llena de miedo al staff técnico. Todos saben que en esa última curva, ninguno tiene nada que perder.
@MotorluNews