Marc Márquez arrasó en Argentina. Vapuleó. Tal vez incluso humilló, ganó con demasiada ventaja. Dominó a su antojo y puso en evidencia a sus rivales. Unos pilotos indefensos que ni siquiera pensaron en plantar cara. Nada más apagarse el semáforo quedó claro que solo un piloto aspiraba a la victoria y que solo dependía de él sumar 25 puntos en la general.
Escucha el podcast de Moto Race Nation sobre el GP de Argentina: https://www.ivoox.com/moto-race-nation-38-motogp-gp-audios-mp3_rf_33963039_1.html
No parecía estar en el guión. Márquez había dominado los entrenamientos pero nadie esperaba una victoria tan apabullante. El de Cervera ha aprendido a dosificarse y no fue hasta la carrera cuando dio rienda suelta a todo su potencial. A mitad de carrera ya llevaba más de ocho segundos de ventaja y acabó calzando más de 12 al siguiente más rápido.
El de Repsol reconoció que pocas veces había tenido esas sensaciones y apuntó el extra de motivación que tuvo para la carrera sudamericana. Tenía clavada la espinita de la temporada pasada. En 2018 dominó sobre el mismo trazado tanto o más que el fin de semana pasado, pero la velocidad quedó ensombrecida y no se le pudo otorgar el mérito que tan veloz ritmo merece. Era la oportunidad perfecta para proclamar su superioridad en el trazado argentino y no la desaprovechó.
Veníamos de Catar donde la victoria se decidió por 23 milésimas de segundo. En Termas del Río Hondo fue más de ¡500 veces mayor! Más de 52.000.000% más. Es hasta difícil de pronunciar. “Un 52 millones por ciento más de ventaja” diría cualquier estratega de márquetin. Para colmo el siguiente Gran Premio se disputará en Austin, otro circuito donde Márquez suele marcar la diferencia.
Tras el Gran Premio de Catar destaqué la importancia del factor psicológico en las prestaciones de los pilotos de élite. A juicio de quien suscribe estas líneas es el elemento más determinante en el rendimiento de los jinetes de dos ruedas y donde se ganan o se pierden la mayoría de las batallas. Sin duda una paliza como la de Argentina hace mella en la moral de los rivales.
¿Qué lectura puede hacer Dovizioso del último Gran Premio? Cuando Márquez está mal, suda sangre para ganarle por 23 milésimas, pero cuando se vuelven las tornas, le caen más de 12 segundos de distancia. Después de la paliza argentina, le hará falta mucho trabajo psicológico para creerse capaz de luchar por el campeonato contra el ilerdense. Y eso que junto a su compatriota, Valentino Rossi, les queda al menos el consuelo de haber sido los más rápidos del resto en la segunda carrera del año.
El 93 ha vuelto a demostrar que está al menos un paso por delante los demás y es el máximo candidato a la corona. Ni todas las carreras serán así, ni su superioridad es tanta como la vista en Argentina, pero ha ganado cinco de los seis títulos que ha disputado en la categoría reina. Además este año tan solo ha dejado escapar el 10% de los puntos disputados y acaba de masacrar a sus rivales con una de las mayores ventajas que se recuerdan en la época moderna.
Estamos a principio de temporada y todo está por decidir, pero lo visto en Termas hace pensar que si no se lleva la corona de 2019 será más porque él pierda el título, que porque se lo ganen sus rivales. El Márquez de 2019 no es el de 2015 y ahora ha aprendido a dosificar, ha aprendido a retenerse y ha aprendido como se pierde un título. ¿Quién para a Márquez?
@JGonzalezGP
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