Domingo tarde, tras la carrera del Gran Premio de Austria, Johann Zarco se reúne con la dirección de KTM para tratar de encontrar una salida a su situación. El piloto francés busca liquidar el contrato con una fábrica en la que nunca deseó haber recalado, pero que por movimientos de su ex mánager fue su destino. Seguramente, no midió las consecuencias de sus actos.
Echando la vista atrás y buscando situaciones análogas, podemos encontrar con que las fábricas no dejaban tomar parte de los tests a los pilotos que no iban a continuar con ellos en la siguiente temporada. Como es normal, no les iban a dejar probar sus mejoras y que se llevasen el conocimiento a la competencia, y para KTM cada carrera es como un test ya que siempre hay alguna evolución.
Debido a que la marca austríaca está en régimen de concesiones, en donde pueden desarrollar toda la moto [incluido el motor], la progresión de la moto es exagerada con respecto a aquellas que únicamente pueden modificar el chasis, basculante, tubo de escape y pocos elementos más y esa continua evolución es la que, en precaución, ha llevado a KTM a bajar de la moto a Johann Zarco.
Quizá ese haya sido un error de cálculo del francés, que contaba con mostrarse hasta final de temporada en el escaparate de MotoGP, aunque fuese con resultados discretos. No hay que olvidar que rápidamente los pilotos pasan a formar parte de la historia en cuanto desaparecen de la parrilla. Son un recuerdo, en muchos casos, de lo que pudieron haber sido.
El primer campeón de la Red Bull Rookies Cup tiene dos opciones para no caer en el olvido. Una es arriesgada, y es esperar que se genere un hueco en la parrilla y que le llamen para cubrirlo, mientras que la segunda y más plausible, sería formar parte de un equipo de desarrollo para una fábrica. Actualmente es Yamaha quien podría tener esa vacante por la intención de Jonas Folger de volver a Moto2 a tiempo completo.
Eso, lo de ser piloto probador, es algo que tenemos que mirar desde el punto de vista de las marcas, ya que los objetivos del bicampeón de Moto2 y de cualquier fábrica no son compatibles. Mientras que para unos es requerido que el piloto sea suficientemente rápido, pero sin tener el objetivo de marcar un tiempo estratosférico, para el otro serviría para mostrarse competitivo.
Con ese planteamiento de base es lícito preguntarse si Zarco estaría más pendiente de conseguir mejores tiempos que los pilotos oficiales o de los equipos satélite, o si se centraría en la labor de probar a conciencia las piezas pensando en lo que los pilotos que ocupan una plaza en la parrilla necesitan. Esa sombra de duda es el gran lastre de Johann.
Además, hay otro punto que jugaría en contra suya, y es el carácter y personalidad del francés, que le han llevado a protagonizar pasajes esperpénticos con Nico Terol, o de una volatilidad tan grande como la que le ha llevado a querer poner el punto final a su relación con KTM por no saber sufrir como en el pasado lo hicieron Valentino Rossi o el desaparecido Nicky Hayden en Ducati.
Si se pone en una balanza lo que puede aportar un piloto que ha sido satélite dos temporadas y 13 como oficial, en que no ha dejado de criticar públicamente el material del que disponía, resulta complicado imaginar, aunque no es imposible, que algún director técnico pueda pensar en él como hombre ideal para hacer el trabajo que se necesita.
@LucioLopezGP
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